martes, 20 de enero de 2009

Silencio.


Creo que descubrí el porqué de no tener un diario... ahora me doy cuenta que cada vez que sucede algo en mi vida que me causa dolor, decido no escribirlo... como si al guardarlo para mí lo dejara allí... Y luego, simplemente ya no tengo interes en volver a escribir nada.

Ya sé que para algunos no significa mucho la muerte de un perro y sería exagerado ponerlo a nivel de un familiar... y claro, yo, más que nadie sé que no puedo comparar la muerte de un perro con la de un familiar, pero igual me dolió y mucho... insisto, no como la muerte de mi hermano (de la que tal vez algun día -o nunca- hablaré), pero dolió.

Fueron 14 años de cariño y fidelidad. La felicidad "personificada" en cuatro patas cuando uno llegaba a la casa. La compañía en las noches que había que estudiar hasta tarde, en los días que estaba triste e incluso cuando estaba enferma. La seguridad de nuestro perro cuidándonos y cuidando de nuestra casa. En fin, un ser que hacía parte de nuestra familia.

Se fué y no pude decirle adiós... sólo pude pedirle a mi Padre que le abrazara mientras "se iba" y le dijera que yo le agradecía por todo lo que nos dió durante todo este tiempo y que le amaba.
No creo que vuelva a tener una mascota... núnca se debe decir núnca, pero es doloroso cuando se tienen que ir.
Sé que en algún lugar en otra dimensión encontraremos a quienes nos amaron y se adelantaron en el camino que algún día tomaremos. Allí nos volveremos todos a encontrar...
Ahora mi Hermano y mi Perro están otra vez juntos...

No hay comentarios:

Publicar un comentario